UN BAÑO TURCO MUY ESPECIAL
Tengo que deciros que a mí me encantan los spas, los balnearios, los baños turcos, ... así que no podía irme de Estambul sin probar un auténtico haman o hamami.
Tras investigar un poco vimos que el Cagaloglu hamani es un haman histórico, precioso por dentro y con un trato excelente.
Al llegar te asignan una cabina para que te cambies, te dejan las tradicionales sandalias y un pañuelo de cuadros para que te tapes con él. Después se accede a la sala común del haman que es, por supuesto, íntegro de mármol blanco y en el que hay una temperatura superagradable.
Hace calorcito, se está genial y te sientas en una zona en la que hay dos fuentes continuamente corriendo el agua. En una con agua caliente y en otra con agua fría. Te dejan un pequeño balde y con él te vas mojando. Es una sensación muy placentera. Charlar tranquilamente mientras tus poros se abren y te vas lanzándo calderos de agua por encima...
Cuando yo fui, todas las mujeres (salvo alguna excepción) estaban completamente desnudas. Si no eres pudorosa esto es mucho más cómodo. Yo empecé tapando por aquí, por allá, hasta que acabé por olvidarme del "trapito de cuadros" y disfruté de la desnudez.
Tras un buen rato de relax, pasas a ocupar uno de los lados de decágono central del que emana una fuente. Te echas sobre el mármol calentito y una mujer procede a enjabonarte todo el cuerpo. Primero te enjabona, luego te aclara con calderos de agua, posteriormente te exfolia enérgicamente con un guante de crin, te vuelve a enjabonar y después te embadurna con aceites esenciales a la vez que te masajea con firmeza pero suavemente todo el cuerpo. Este proceso dura aproximadamente 20 minutos. Después pasas a otra pequeña fuente donde te manda sentarte y te enjabonan el pelo. Esto es una auténtica gozada. Te masajea la cabeza y te aclara el pelo con cubos de agua tibia casi fría, teniendo el cuenta el calor del lugar, ésto resulta de los más agradable. El pelo se queda suelto, sedoso y brillante y la piel de lo más suave. Sales con una sensación de limpieza indescriptible.
Nos gustó tanto que se lo recomendamos a unos chicos americanos que conocimos. Siguiendo nuestro consejo se animaron a ir. Cuando posteriormente nos vimos nos explicaron que el masaje masculino era fortísimo. Estaban doloridos, decían que les habían machacado el cuerpo... Nos estuvimos riendo un gran rato. Nosotras encantadas con la experiencia y ellos decían haber pagado para estar "machados".
Después puedes estar un ratito más disfrutando del lugar, del calor, del vapor, del ambiente, de la tertulia, de la tranquilidad, de la belleza del lugar, del relax...
Tras esta experiencia te quedas tan relajada que la presión arterial se baja y te apetece descansar. Nosotras al salir tomamos un buen almuerzo y después nos fuimos al hotel a descansar un rato, estábamos en una situación de relax idílica, parecíamos flotar!
Mi amiga Ana en el hall de la entrada al Baño Turco |