Para viajar a Marruecos tenemos que hacerlo convencidos del cambio cultural al que seremos expuestos nada más adentrarnos en este bello país con una cultura tan diferente a la nuestra. De Europa a Africa, un abismo cultural que nos enriquece y nos sorprende en cada paso.
Yo tengo que decir que África es un continente que me apasiona y como no, la bella ciudad de Marrakech, provocó en mi una revolución de sensaciones que nunca podré olvidar.
Para vivir Marrakech durante vuestra estancia os recomiendo alojaros en un riad dentro de la Medina. Donde sales directamente al zocco y es , por decirlo así, la ciudad antigua y auténtica. La mayor parte de los hoteles están a las afueras en una zona "europeizada" y turística que a mí no me gustó en absoluto. A mí me fascinó el laberinto de su medina, sus gentes, sus colores, sus aromas y sus especiados sabores: en definitiva, Su ambiente.
Zocco de Marrakech. |
El Riad que nosotros elegimos jugó una baza muy importante para que nuestra estancia en esta ciudad resultase inolvidable. Estaba, por supuesto, en el interior de la medina, y tenía un acceso laberíntico, como la mayor parte de ellos. Tras sus sobrias puertas se escondía una morada realmente encantadora . Con patio interior y corredores. El desayuno se servía en la terraza de la azotea y el personal (mujeres marroquís) elaboraban tortas de pan y unas galletas expresamente para los clientes. Estaban exquisitas y recién hechas. Solo esto, a mí ya me parece un lujo asiático, mejor dicho marroquí. Pero por si esto fuera poco, cada habitación disponía de una chimenea y por las tardes -las mismas mujeres- venían a las habitaciones y encendían el fuego (yo viajé en febrero y esto se agradecía muchísimo). La decoración árabe era exquisita y la estancia no podía hacerse más acogedora.
La famosa plaza Jamaa el Fna es el centro neurálgico de Marrakech. Es increíble como se va transformando la playa a medida que van pasando las horas del día. Por las mañanas hay multitud de puestos de frutas y es típico tomarse un zumo de naranja recién exprimido. Además es muy barato pero cuidado con la picaresca: El zumo de naranja es baratísimo (sobre 50 cts de euro) pero si te añaden pomelo u otras frutas el precio varía considerablemente llegando a cobrarte incluso 2 euros por el zumo. Por las tardes empieza a llegar mucha gente a la plaza y montan (y desmontan cada día) un auténtico enjambre de puestos de comida. Es un montaje increíble y lo hacen con una habilidad asombrosa. La plaza es un sitio fantástico para cenar. Toda la comida está expuesta y la preparan allí, sobre la marcha, delante de ti... eso sí, la mezcla de olores de todos ellos, es un tanto fuerte, al menos para mí. Me fascinó la forma en que lo preparaban, el color de los alimentos -repleto de verduras y carnes-, y lo charlatanes que son todos intentando que te decidas a cenar en su puesto...
Además del El zoco y de la Plaza Jmaa el Fna, en Marrakech tenemos que visitar la Mezquita Koutoubia, que es la más importante de la ciudad roja y que fue una de las más importantes del mundo cuando se construyó, queda justo en frente de la famosa plaza. El Palacio Bahía, construido en el S.XiX con la intención de ser el más impresionante de los palacios de todos los tiempos, creo sinceramente que no lo ha conseguido, aunque es imponente. La universidad, La Medersa ben Youssef, fue la mayor y más importante madraza de todo Marruecos, en la que se podía albergar a 900 estudiantes. Es un edificio muy bonito. Los jardines de Menara que han acompañado a esta ciudad desde tiempos inmemoriales son francamente bonitos, un lugar ideal para pasear. Hay otros jardines mucho menos visitados, y que sin embargo son más coloridos y también muy agradables, son los llamados jardines de Majorelle.
Los Restaurantes de Marrakech. Comer o cenar en esta ciudad es muy barato para nosotros. Las ensaladas están ricas y es habitual acompañar cada comida con ella y los tajines a mí me encantan, reciben el nombre del recipiente de barro (con la tapa con forma de chimenea) en el que se preparan y se se sirven suelen ser de carne guisada con verduras, está delicioso! El cuscús con carne de cordero y verduras, a mí, me gusta mucho.
Al menos una noche hay que cenar en los puestos de la Plaza Jamaa El Fna es lo ideal para integrarse en el ambiente. Alrededor de la plaza hay multitud de restaurantes. Recuerdo con una noche cenamos en el Restaurante Chez Chegrouni ( en plena plaza ) por unos precios realmente bajos podrás comer lo que quieras. Dos personas comen perfectamente por 100 dirhams.
Un lugar para disfrutar:
La terraza de las especies (Café des Espices) , en el corazón de la Medina. Es una terraza muy agradable, con un ambiente un tanto hippie y bohemio. Un sitio agradable para tomar un zumo fresquito con unas bonitas vistas de la ciudad.
En la excursión al Valle del Ourika se recorren las montañas del Alto Atlas viendo la forma de vida de sus habitantes. Al llegar a Ourika podréis pasear por el valle, comer en alguno de los restaurantes tradicionales y dar un paseo de una o dos horas para visitar las cascadas del Ourika.
Si realizáis la excursión un lunes o un jueves tendréis la posibilidad de visitar uno de los mercados tradicionales de la zona, el lunes el de Ourika y el jueves el de Aghbalou.